Salida de Delhi destino Jaipur

Cansados ya de tanta contaminación y tanto follón por las calles de Delhi, decidimos dejarlo atrás, pero no sería tarea fácil, ni mucho menos.

Dejamos el hotel tras pagar la cuenta y enfadarme porque me querían cobrar un servicio de internet que no usamos, que por cierto, se me da mejor hablar inglés algo cabreado. Cogimos un tuk-tuk entre los tres, con las respectivas mochilas (un tuc-tuc o Rikshaw es una especie de taxi de tres ruedas muy pequeño pero en el que, increíblemente, caben muchas cosas y es muy barata la carrera 25 Rs unos 0´38 €). Lo malo empezó cuando le dijimos al conductor que nos llevara a la estación de bus para pedir información de precios y horarios para nuestro próximo destino, Jaipur. El muy perraco nos llevó a una agencia de viaje en la que suponemos se llevaba comisión, aunque nos aseguraba que era la oficina de turismo oficial y que era ahí donde se tenían que comprar los billetes. Al entrar, tras hacerse los majetes con alguna palabra en español y algún que otro chiste, nos intentan vender un tour de varios días por un precio exagerado diciéndonos que la India es un lugar caro ( “…India is more expensive…”). Salimos por patas, el conductor nos esperaba, le dijimos que nos llevara a la estación de bus no a una agencia, asintió pero no sirvió de nada nos volvió a dejar en una, alegando esta vez que era la taquilla de venta de billetes. Una vez dentro, más de lo mismo, pero este empezó diciéndonos que no había billetes y que él nos recomendaba un tour y bla bla bla… salimos tarifando deseando encontrarnos con el conductor, pero puso pies en polvorosa. Cabreados, empezamos a andar hacia un cartel de la carretera que ponía “bus station”, cuando llegamos, un hombre nos dijo que era ahí la taquilla y nos enseñó una credencial de la estación de bus oficial, pero nos la metió doblada porque al final acabamos en otra agencia tratando de vendernos otro tour. Cuando salimos, muy nerviosos porque no veíamos la manera de salir de Delhi sin que trataran de timarnos, decidimos comer algo antes de buscar un taxi para que nos llevara a Jaipur.

El taxi nos salió por 4000 Rs, mil al principio para peajes y el resto al llegar… pero no llegamos. Tras 400 km de carreteras cochambrosas sin leyes y 5 horas de un coche incómodo y sin cinturones (no quise dormir por lo que pudiera pasar, yo iba delante) pinchamos a 15km de Jaipur a las nueve de la noche, con un fresco considerable. Dieron las 22:33 y aún seguíamos ahí porque una tuerca de la rueda pinchada estaba pasada de rosca. Anduvimos hasta que encontramos un hotel de lujo en el que no habían habitaciones libres, o al menos eso nos dijeron, pero que nos llamó un taxi para que por otras mil rupias nos dejara en un hotel de Jaipur, obviamente al del primer taxi sólo le dimos otras mil y santas pascuas, aunque tuvimos que discutir con él y con su jefe por teléfono porque insistían en que les pagáramos las tres mil. Al final, tras unas cuantas vueltas por Jaipur, a las 2 de la mañana, nos acostábamos en una habitación triple en un hotel barato, cutre pero cómodo.

Dos cosas aprendimos de esto, no te puedes fiar de nadie en Delhi y más siendo turista (el timo al turista es deporte nacional) y que puede pasar de todo, porque como dice Nicolás: “…chicos, esto es la India…”