Al final lo de Ranthambor lo dejamos por la difícil combinación de trenes y autobuses, sólo queríamos ir allí para ver tigres pero en Nepal también podemos verlos de modo que esperen un poco.
Decidimos pues visitar Agra. Cogimos un bus de Pushkar a Ajmer y de ahí tuvimos que coger otro hasta Jaipur.
Llegamos a Jaipur y fuimos a ver si podíamos pillar ya el tren para Vanarasi (precioso pueblo donde creman a sus muertos y los tiran al Ganges) pero no, estaba lleno, ya veríamos más tarde como ir. Fuimos a coger el bus después de comer…menuda tartana cochambrosa, sucia y con escupitajos (están todo el día masticando una hoja verde llamada Pan o Betel, rellena de especias picantes y de alguna que otra droga, el resultado es una pasta asquerosa de color rojizo y es un vicio que les llega a destrozar los dientes aunque lo escupan constantemente manchándolo todo), el autobús además era incomodo y Tania se dio dos golpes en la cabeza porque encima era muy bajo ¡¡¡incluso para mi!!!.
Llegamos a Agra de noche (si algún día venís por aquí nunca, NUNCA, lleguéis a los sitios de noche) buscamos un Tuc-tuc y nos fuimos a un hotel que recomendaban en la Guía Azul (si, lo sé, es una mierda jejeje) y dormimos los tres en una cama grande en un cuarto pequeño, muy barato eso si.
Esa noche empezó a dolerme la garganta al tragar y un poco la tripa mmm… mal asunto. Al día siguiente no sabía si estaba resfriado o con el estomago malo de modo que me tomé un paracetamol e hice dieta blanda. Subimos a desayunar a la azotea porque recomendaban las vistas del Taj Mahal, pero al subir, ¿dónde está el Taj?. Una niebla no dejaba ver más allá de veinte metros y para colmo nos dicen que los viernes el Tal Mahal está cerrado…VENGA YA!!!! Nos recomendaron que fuéramos a ver otras cosas típicas de allí y que al día siguiente lo viéramos, pero como Agra nos pareció un asco y un caos estilo Delhi y la entrada al Taj eran 12€ por persona, decidimos pasar de verlo por dentro ahora y disfrutamos de su belleza desde fuera cuando la niebla decidió marcharse a mitad de la mañana.
Lo que sí que visitamos fue el Fuerte Rojo, que nos gustó mucho. Poco a poco la neblina se fue yendo y al mediodía pudimos verlo estupendamente, desde lejos, pero es increíble.
Esa misma mañana fuimos a pillar los billetes para Varanasi, la ciudad del Ganges, para viajar en un tren cama. Nos recomendaron viajar en primera o segunda clase ya que los “sleepers” no son muy cómodos ni seguros. Nos pareció buena idea y los compramos en segunda. Esa misma noche ahorraríamos un alojamiento si dormíamos en el tren…si dormíamos…
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